SHALOM JERUSALEM

jueves, 27 de marzo de 2008


Escrito por Lider Juan Carlos Velez
En la Biblia vemos como Dios bendice a su pueblo Israel y les enseña a amar su tierra. Esa misma bendición que Dios dio a Abraham, Isaac y Jacob, es la misma bendición que dio a nuestro padre en la fe, por la cual hemos aprendido a amar la tierra de Israel, tierra que en verdad fluyo leche y miel.

“Salmo 122:6b Pedid por la paz de Jerusalén...”

Un verdadero ejemplo de amor por Israel, nos la da un hombre llamado Nehemias. Estando en cautiverio lejos de Israel se convirtió en el copero del rey de Persia (465–424 a.C. antes de Cristo). Dándose cuenta de lo que estaba ocurriendo con su tierra, que el remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, estaban en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego, sintió dolor en su corazón por su tierra y pidió permiso para ir a reconstruir sus murallas. El rey se lo permitió, y le concedió una escolta de jinetes y cartas de recomendación para los gobernadores de los diferentes distritos que debía cruzar, nombrándolo además gobernador de Judea.

Cuando llego a Jerusalén, hizo una ronda nocturna alrededor de las destruidas fortificaciones. Después anunció al pueblo su intención de reconstruirlas, pidiendo su ayuda. Los judíos asintieron, y cada notable entre ellos se dedicó a reconstruir un sector de las murallas (Neh_3). Las tribus paganas vecinas se enojaron y se opusieron a este esfuerzo. Pero no lograron ni detener ni intimidar a Nehemías. Para impedir cualquier ataque, los constructores se dedicaron a trabajar con una sola mano, empuñando de continuo un arma en la otra (Neh_2:10; 4-6). Se tardaron cincuenta y dos días en reconstruir las fortificaciones.

La vida de Nehemias nos enseña mucho de los que significa amar a Israel en la distancia. Para todos es conocido lo que suceda en Israel hoy en día; la tierra de Dios necesita mucho de nuestra oración. Inclúyela en tus oraciones diarias, y anhela así como un día lo hizo Nehemias, subir a la tierra del Señor, recorrer sus murallas e ir al muro de los lamentos y clamar porque la paz de Dios venga sobre Israel como un rió.

Decide en tu corazón, subir a Jerusalén, y Dios hará como con Nehemias, te dará todos los recursos necesarios, solo pídele a Dios que te lleve y reconstruya no solo a Israel sino también a tu corazón.

1 comentarios:

Noemi dijo...

Bendiciones, un saludo desde El Salvador Centroamerica, compartiendoles mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
MI TESTIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS