El Punto Dios

lunes, 14 de julio de 2008


El punto Dios
Las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro demuestran que la religión y la espiritualidad son inherentes a la naturaleza humana.
Reflexiva, conciliadora y, sobre todo, muy espiritual. Así vio la mayoría de colombianos a Íngrid Betancourt luego de seis años de cautiverio . Pero el suyo no es un caso aislado. Como ella, muchos de los liberados han reportado experiencias similares. Porque, como afirma Dary Lucía Nieto, sicóloga de País Libre, los ex secuestrados cuentan que necesitaron la espiritualidad y por eso unos lograron encontrar la paz con una Biblia, otros, apegados a un árbol o a un río. Aunque parece un recurso frente a la enfermedad y la desgracia, los científicos creen que la necesidad espiritual y religiosa es inherente al ser humano. Es un fenómeno omnipresente, un rasgo característico de la especie. Y la prueba es que hay 10.000 religiones en el mundo y 5.100 millones de creyentes de cualquiera de ellas, según la enciclopedia Oxford World Christian. Aun los ateos creen en algo: la democracia, el Estado, el ser humano. Recientemente la ciencia ha querido comprender mejor este proceso, mediante los nuevos equipos que muestran cómo funciona el cerebro, para ver qué ventajas tendrían la religiosidad y la espiritualidad para un individuo. Casi todos coinciden en que "estamos cableados para Dios", según Andrew Newberg, de la Universidad de Pensilvania y pionero en esta disciplina.
* Un equipo de científicos suecos encontró, por ejemplo, que personas cuyos escáneres del cerebro mostraban mayor actividad de este receptor eran más proclives a llevar una vida espiritual.
* Las más recientes investigaciones, sin embargo, muestran que no habría un sitio específico, sino que esta función estaría distribuida en muchas partes del cerebro. Francis Collins, director del proyecto Genoma y autor del libro El lenguaje de Dios, sugiere que algunas estructuras básicas de la mente "necesitan a Dios" y que dichas estructuras evolucionaron, así como el amor, la memoria, el lenguaje y los sueños.
*Los biólogos dicen que un cerebro así ayuda a explicar el universo y a generar bienestar. Según el siquiatra Ariel Alarcón, hay estudios que confirman que los más espirituales viven más y se deprimen menos que los ateos y poco místicos, quienes a su vez reportan más dolor físico, conflictos y angustias. Por eso hoy en los hospitales una pregunta importante para los pacientes es su grado de espiritualidad.
Esto explica una vez mas que la gran necesidad del ser, es espiritual, solo cuando encontramos esta salud espiritual encontramos la salida, encontramos el camino, encontramos la vida que buscamos, Yo soy el camino y la vedad y la vida, nadie viene al padre si no por mi.
Solo Cristo sacia mi necesidad a todo nivel, solo El sacia de bien mi boca y solo El realiza mis sueños con un verdadero propósito y un verdadero sentido.

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